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NotiCensura
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lunes, mayo 05, 2014
La desinversión, el abultamiento de las nóminas, las deudas a proveedores, la baja disponibilidad de equipos móviles y de inventarios, entre otros factores, explican el mapa rojo de las pérdidas en Bauxilum, Alcasa, Venalum, Carbonorca y Cabelum, según el documento oficial consignado por el despacho de Industrias a la Asamblea Nacional.
El reforzamiento del mando militar en las industrias de Guayana, con la llegada del general Carlos Osorio a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) hace un año, no fue suficiente para contener el descalabro financiero de las empresas básicas.
En el sector aluminio, las pérdidas del parque estatal -integrado por cinco industrias- repuntaron 41,8% al elevarse de Bs. 5.811 millones a Bs. 8.241 millones, de acuerdo con la Memoria y Cuenta 2013 del Ministerio de Industrias.
En una visita a la pionera del aluminio, CVG Alcasa, el año pasado el presidente de la República, Nicolás Maduro, garantizó que las estatales cerrarían con “números azules”, pero en la realidad, las industrias han acentuado su balance rojo.
Alcasa, la única empresa de Guayana que el mandatario nacional ha visitado desde que fue electo presidente, fue la que más pérdidas registró en el 2013. El balance negativo de la reductora de aluminio se elevó 151% para cerrar el año con una pérdida de Bs. 4.595 millones, pese a ser la única estatal en Guayana que ejecutó recursos de inversión, provenientes del Fondo Chino, siendo su principal baluarte la planta extrusora que apenas produjo 17% de la meta programada.
En el ámbito de las transformadoras, Cabelum no escapó a los números rojos y cerró el año con una pérdida de Bs. 206 millones, una cifra 126% superior al balance del año previo. Empero, fue la única industria del sector que elevó su rezagada producción respecto al 2012.
Por el contrario, Alcasa, Venalum, Bauxilum y Carbonorca retrocedieron una vez más en materia productiva y fueron incapaces de cumplir sus programaciones de producción por infinitos problemas operativos. La indisponibilidad de caja las obligó a recibir subsidios de forma perenne para mantener sus operaciones y cancelar compromisos laborales.
Fuente: Correo del Caroní