Caracas, 28 sep (EFE) / Nélida Fernández.- La severa escasez de
productos básicos en Venezuela ha llevado a que la foto diaria del país
sea una inmensa fila frente a muchos abastos y supermercados, un
problema que el Gobierno intenta solucionar con un sistema de venta de
alimentos, conformado solo por militantes chavistas, conocido como Clap.
Los
llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) que creó
el jefe de Estado, Nicolás Maduro, en marzo pasado tienen la misión de
distribuir y vender directamente alimentos de la cesta básica a bajo
costo, sobre todo, en las zonas populares, aunque muchos sectores
aseguran que nunca han visto las “bolsas Clap”.
La
idea, dijo Maduro entonces, es combatir a los empresarios de los
mercados y automercados que “acaparan productos”, así como a los
denominados “bachaqueros” o revendedores de los artículos de primera
necesidad, y enfrentar así a algunos de los autores de la “guerra
económica” que asegura dirige la oposición contra su Gobierno.
El
coordinador nacional del programa Clap, Freddy Bernal, que fue
designado por Maduro para llevar adelante esta tarea, aseguró el domingo
que 5.600.000 personas han sido beneficiadas por los comités que,
señaló, han llegado a 1.347.000 familias.
Y aunque Efe
pudo presenciar la venta de las bolsas en el barrio Vista Hermosa del
Junquito en el oeste de Caracas, en las zonas populares del este
aseguran que no han visto el beneficio.
Liliana
Rivero, del consejo comunal de Vista Hermosa en el municipio caraqueño
de Libertador, dijo a Efe que el sistema de distribución de las bolsas
aún presenta deficiencias pues en algunos sectores siguen faltando a la
promesa de que la venta se haga cada 21 días.
Dijo que para tener el control de un Clap los miembros deben ser “del Psuv porque esto es política”.
“Que
todos se organicen y que todos seamos de verdad chavistas de corazón y
lo hagamos con bastante sinceridad”, agregó, al tiempo que aseguró que
la bolsa se vende a todos los que fueron censados previamente aunque no
sean afectos al Gobierno.
Sin embargo, dejó claro que la venta y repartición sí son actividades exclusivas de chavistas.
“En
el Clap estamos trabajando las personas que somos chavistas, del
partido y del proceso, que estamos luchando siempre, pero nosotros no
discriminamos al vecino porque sea escuálido (forma despectiva de llamar
al opositor) o no, a nadie, porque todos somos seres humanos y todos
vivimos en la misma comunidad”, dijo.
La declaración
de Rivero coincide con la del vicepresidente ejecutivo Aristóbulo
Istúriz que señaló que los Clap son “un instrumento fundamental de
defensa de la revolución bolivariana”.
La vecina de
Colinas de Vista Hermosa Miladys Franco, madre de dos niños, compró una
bolsa con harina de maíz, harina de trigo, arroz, aceite y leche, que en
esta oportunidad costó 2.500 bolívares que al cambio más alto en el
marco del control estatal de divisas equivale a cerca de 3,8 dólares.
Dijo
que la bolsa de esa jornada era “mucho más surtida y más barata” que la
anterior que le costó casi el doble y señala que este cambio se debe a
que ahora hay “una nueva administración” en el Clap que distribuye en
esa zona pues los encargados anteriores “se quedaban con el dinero”.
Mientras,
en Petare, el barrio más grande de Latinoamérica, la realidad es
distinta. Todos los habitantes de la zona consultados por Efe aseguraron
“jamás” haber visto una “bolsa Clap” y afirman, además, haber sido
despojados del mercado estatal que vendía productos más económicos.
Zaida
Guzmán vive en Petare desde hace más de 58 años, específicamente en el
barrio La Unión y desde allí aseguró a Efe que a esa zona “no llega el
Clap”.
“Nosotros hemos ido al consejo comunal de la
zona a preguntar y nos dicen que eso es netamente político, los Clap
pertenecen al Psuv”, comentó y señaló que a los habitantes de La Unión,
unas 75.000 personas, “también les quitaron el Mercal”, el abasto
estatal de precios bajos.
“¿Cómo hacemos? como dice la
gente, la dieta de Maduro, la mayoría hace una sola comida al día, si
consigue”, dijo en referencia a la forma popular que muchos usan para
hablar de la pérdida de peso por no conseguir los alimentos o no poder
comprarlos por costosos a los “bachaqueros”.
Es el caso
de Katiuska González, que aseguró a Efe que ha bajado más de 20 kilos
en tres meses: “No nos ha llegado absolutamente nada de los Clap,
nosotros de verdad estamos a la merced de nadie”.
El
concejal opositor de Petare José Palacios aseveró que “es mentira” que
en la zona funcione el sistema de distribución de alimentos creado por
Maduro y señaló que, a su juicio, en vez de Clap debería llamarse CLAN.
“Es
el clan de los especuladores que están en el alto gobierno (…) es
mentira que llega el clan a la casa, que llegó la bolsa, eso es
totalmente falso”, dijo.
Maduro, sin embargo, sigue
apostando por los comités y a mediados de este mes se preguntó: “¿Qué
sería de la revolución, de nuestra patria y de la estabilidad económica y
social si no tuviéramos los Clap?”. EFE
Leyenda de la
imagen: Caracas, 28/08/2016.- Fotografía del 20 de agosto del 2016,
donde se observan un operativo de entrega de bolsas de comida a
habitantes de un barrio del km 3 del Junquito por parte Comités Locales
de Abastecimiento y Producción (CLAP) en Caracas (Venezuela). EFE/Miguel
Gutiérrez
FUENTE
La Patilla
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